martes, 1 de marzo de 2016

ESCOGIDOS POR DIOS.


Jeremías 1:5 “Antes de darte la vida, ya te había escogido.”
Los comienzos son muy importantes.  De hecho el lugar de origen tiene mucho que ver con  la calidad de la jornada como también  del destino.
Mi jornada, al igual que la tuya, nació en el corazón de Dios.  Aun antes que diera mi primer aliento de vida, Dios me quiso, me amó y me planeó. Esta misma verdad se aplica a tu vida, mi amigo y amiga.
¡Tú NO eres un accidente! Tú y yo fuimos creados en respuesta al amor de Dios y de acuerdo a sus planes. Dios no nos creó accidentalmente. Dios no estaba jugando a “crear”, y de repente retrocedió y dijo, ¡Ah, creé a una mujer! ¡Ah, creé a un hombre! ¿Y ahora que voy a hacer con él o  ella? No, mi amigo: Dios planeó tu existencia.
¿Alguna vez has dudado de tu valor y de tu existencia? ¿Tratas de ganar tu valor haciendo buenas obras? ¿Funciona? Nunca podemos ser demasiado buenos para ganarnos el favor y el amor de Dios. Las buenas noticias es que no tenemos que ser “buenos”. Mi valor descansa en el hecho que fui escogida por Dios  para ser su propia hija. ¡No te parece maravilloso! ¡Somos  amados, deseados y planeados por Dios mismo!
Dios mismo supervisó nuestra formación.  Fuimos creados- no para ser títeres- ¡sino para tener una relación íntima con Dios!
Salmos 139: 14-16 lo dice muy claro: “Te alabo porque estoy maravillado, porque es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy convencido! No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto, mientras yo era formado en lo más profundo de la tierra. Tus ojos vieron mi cuerpo en formación; todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi vida cuando aun no existía ninguno de ellos.”
Mi querido amigo y amiga, cuando empieces a entender y a vivir la hermosa verdad que fuiste amada, querida y escogida por Dios, Su plan  y Su más alto propósito para tu vida se empezará a desdoblar delante de tus ojos cada día. Recuerda, en Sus ojos, eres especial y  Sus planes para tu vida son simplemente que te aceptes como eres.
Pídele  a tu Abba Padre, que te ayude a conocerle mejor y te revele Su voluntad para tu vida. Pídele que te ayude a verte a través de Sus ojos de amor, de perdón y  de bondad. Agradécele por amarte de la manera que lo hizo. Camina cada día en el conocimiento que eres su hijo e hija.
Te animo a hacer Salmos 139:14-16 tu versículo personal usando la primera persona (yo) en cada palabra. Por ejemplo: “Te alabo porque estoy maravillada… convencida, formada, etc.”. Escríbelo en un papel y medita en él durante el día.
¡Que él te ayude a ser el hombre y la mujer que planeó que fueras!



Adaptado por:      
♥♥Silvia Pérez - Gingerich♥♥