viernes, 19 de julio de 2013

Tal Como Soy

Juan 15:12 “Mi  mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes”.
Me fascina leer los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El amor y la compasión de Cristo son claramente deletreados para que nosotros tomemos ejemplo de ellos.

Pero, no tengo que necesariamente voltearme a los Evangelios para sentir el amor y la compasión de Cristo. Simplemente solo tengo que regresar unos años atrás cuando Jesús estrecho su mano hacia mí, pobre pecadora, hundida en el hoyo de la maldad y me dijo: “Hija tus pecados te son perdonados. Ve y no peques mas.” ¡Que amor! ¡Qué compasión! ¡Qué bondad!

¿Cuáles fueron los requisitos  que Jesús me pidió antes de amarme y  estrechar su mano hacia mí? Esta pregunta ha estado revoloteando en mi mente al pensar en el mandamiento que Jesús nos dejó en Juan 15:12 “que se amen unos a otros como yo les he amado a ustedes”.

Me pregunto cuantas bendiciones me he perdido por ser rápida para juzgar y lenta para amar. Dios no nos ama porque somos amorosos. Dios nos ama porque El es amor. Como humanos necesitamos y deseamos ser amados tal como somos. Muchas veces nos preguntamos si tal amor existe. ¿Existe amor incondicional? ¡Si existe! No solamente existe sino que está disponible para cada uno de nosotros, tal como somos, a través de Jesucristo.

El amor de Dios es un regalo. El amor de Dios no se puede comprar. No lo merecemos. Así como con cualquier otro regalo de Dios, Su amor no solamente es para nuestro beneficio ¡sino que también  es para que lo compartamos! 

Cuando por fe recibimos el amor y la bondad de Dios en nuestros corazones, El en cambio; nos llama a amar de la misma manera que El ama. El también nos enseña a aceptar las diferencias en cada individuo en vez de insistir que la gente cambie antes que podamos mostrarles y darles amor incondicional. ¡Esto es lo más difícil de hacer! ¡Esta es mi lucha!

¿Por qué me es tan difícil amar a la gente tal como son? ¿Por qué es que muchas veces espero y hasta exigió un cambio antes de poder amarles incondicionalmente? Una cosa es amar lo que la gente hace. Otra cosa es amar a la persona de la manera que Dios les ama. Como ovejas descarriadas sin pastor para pastorearlas. Como pobres almas en rumbo a un lugar desolado y de tormento.

 ¿Qué hubiera sucedido si Dios hubiera exigido un cambio en la humanidad como requisito, antes de poder mandar a Su Único Hijo a morir en la cruz? ¿Hubiera esperanza para ti y para mí? ¡NO! ¡Estaríamos destinados a pasar la eternidad en el lugar preparado para los que no aceptan su amor como un regalo!

¡Las personas que menos merecen amor son las que más lo necesitan!
Es muy importante que haya un hilo de elasticidad corriendo en cada fibra de las relaciones humanas; especialmente  en las relaciones con personas difíciles de amar.

De la misma manera que no podemos permitir que otros nos definan, también tenemos que parar de controlar, cambiar y definir a otros. Dios se encargara de eso.
¿Cuál es tu actitud, que es lo que arde dentro de ti cuando alguien “no mide” de acuerdo a tu estándar?
¿Tienes un estándar con el cual mides a las personas y de acuerdo a él decides si la persona se merece tu amor o no?

Este mandamiento  no habla solamente de amar a los de la familia de Dios sino también a aquellos que no han llegado a ser parte de la misma.

 Necesitamos tener los ojos de amor y de compasión  con que Jesús nos ve a nosotros para así cumplir con este mandato. Cuando Jesús anduvo en este  mundo atraía a multitudes hacia El.

 ¿Por qué es que muchas iglesias están vacías hoy en día?  Dios nos ama y nos acepta como somos. Pidamos a Dios que nos ayude a ver y a amar a nuestros vecinos de la manera que El les ama- tal como son.

 Al experimentar ese amor… ya no seremos los mismos. Al  tocar y contagiar a otros con ese amor… ¡-ellos ya no serán los mismo! Cuando el amor de Dios empiece a fluir en sus vidas, en cada vena de su cuerpo…. el amor de Dios hará la tarea de cambiarles -desde adentro hacia afuera

Ese es el cambio que vale la pena. Esos son los cambios que no pueden ser arrancados de la vida de una persona. Embarquémonos en la tarea de  amar de la manera que El nos amo primero.

Silvia Pérez-gingerich

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